Etapa 15: Boadilla del Camino - Carrión de los Condes



Tras un último repaso a las filigranas decorativas del rollo jurisdiccional y al templo de Nuestra Señora de la Asunción, que exhibe, por cierto, una interesante pila bautismal, salimos de Boadilla del Camino por la calle Mayor para tomar un camino que, en breve y tras las últimas naves de la localidad, gira a la izquierda y avanza al encuentro del Canal de Castilla (Km 1,8) Esta obra de ingeniería fue concebida por el Marqués de la Ensenada (1702 - 1781), estadista y político ilustrado. La finalidad de la red fluvial de canales, construida entre 1753 y 1849, era transportar el cereal castellano hasta el Cantábrico por medio de barcazas tiradas por bestias de tiro. Funcionó hasta que la implantación y la regularidad del ferrocarril lo dejó en desuso en 1959. Desde entonces conduce el riego y abastece a las poblaciones ribereñas.

Nuestro camino sigue en paralelo al Canal durante más de tres kilómetros y llega hasta un conjunto de esclusas que en este punto permitían a las barcas salvar un desnivel de más de catorce metros (Km 5) Cruzamos al otro lado del Canal y entramos en el casco urbano de Frómista. En el centro se encuentra un punto de información turística y la valiosa iglesia románica de San Martín que merece una visita y, como no, unas fotos. Parece una maqueta, tal es la perfección de su escala y sus formas. Se construyó en el siglo XI gracias al patrocinio de Doña Mayor de Castilla y está formada por tres naves, 46 capiteles, una cúpula octogonal y dos torres cilíndricas que miran hacia occidente (Km 5,7)

Después de esta licencia artística hay que retomar el itinerario anterior y dirigirse hacia el arcén de la carretera P-980 en dirección a Carrión de los Condes. Hay que sortear un par de rotondas, colocadas entre el puente sobre la autovía A-67, para tomar el nada reconfortante andadero paralelo a la P-980. Mojones jacobeos, alineados matemáticamente de dos en dos; el rápido rodar de los coches y de nuestros compañeros "bicigrinos" y la planicie sembrada que parece no tener fin son los únicos elementos de distracción en todo el tramo. La primera localidad en salir a nuestro encuentro es Población de Campos (Km 9,2). Cuenta con el tridente bar, tienda y albergue y a la salida, antes de cruzar el río Ucieza, los que quieran pueden tomar la variante alternativa que discurre por Villovieco y que termina enlazando con el camino oficial. Los demás, tras pasar el río, retomamos el monótono andadero hasta la siguiente localidad de Campos: Revenga (Km 12,6)

Cruzamos Revenga de Campos por la carretera, que coincide con la calle General Amor, y pasamos junto a la iglesia de San Lorenzo, que asoma su torre conquistada por los nidos de cigüeña. A la salida nos espera de nuevo el andadero, que ahora nos acerca hasta la cercana Villarmentero de Campos (Km 14,7) Pequeña población con un bar a la entrada y un área de descanso a la salida y a la sombra de unos pinos piñoneros. A modo de tiralíneas continuamos hasta Villalcázar de Sirga, localidad que se pasa sin pena ni gloria por un lateral pero que merece una detenida visita (Km 18,8) En la plaza se alza la gran iglesia templaria de Santa María la Blanca, construida a finales del XII en transición del románico al gótico. No hay que irse sin echar un vistazo a la portada sur, que presenta un Pantocrátor rodeado de los Evangelistas y Apóstoles sobre un arco apuntado de ricas arquivoltas. El que pernocte en Villalcázar (quien haya partido de San Nicolás de Puente Fitero o Itero de la Vega ya habrá realizado 27 kilómetros) podrá apreciar como las últimas luces del día tiñen de color oro a la iglesia.

Abandonamos Villalcázar de Sirga para retomar el querido andadero que en el tramo final rompe la horizontal con alguna que otra cuesta sin importancia. No hay sorpresas hasta Carrión de los Condes, final de etapa al que entramos tras cruzar la carretera P-980. A orillas del río Carrión, en tiempos fue ciudad amurallada y estructurada en dos barrios divididos. Como en el siglo XII, diversos albergues, tiendas de todo tipo e iglesias, como la de Santa María del Camino y la de Santiago - cuya figura del Pantócrator ya se ha convertido en icono - siguen acompañando el paso del peregrino por Carrión (Km 24,6)