"Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes."
Éste fue el gran mensaje que el papa Juan Pablo II dejó en su peregrinación a Santiago de Compostela en el Año Santo de 1982. Estas palabras de Wojtyla permanecen en la memoria de todos los que tuvieron la gran suerte de poder escucharlas de la boca del Sumo Pontífice, pero para quienes no fueron tan afortunados, una placa las recuerda junto a la tumba del Apóstol Santiago, en homenaje a la única visita de un Papa a Compostela en Año Jubilar.