y en este vagar hallaré mi encuentro,
que largo es el camino y tendré tiempo
de saber del ser que habita en mis pasos.
Peregrino bajo el sol del verano
y sudando aprecio el fresco viento;
y bajo la lluvia del frío invierno
es grato el calor del chozo aislado.
Toda mi respuesta está en el silencio
de esto parajes donde soy llevado
que en esta paz me siento desnudado
mientras cielo y tierra me van vistiendo.
Teniendo por casa un techo estrellado,
teniendo por lecho un duro suelo,
se desvelarán en mí esos secretos
de lo humilde y divino de lo humano.
(Diego M. Muñoz Hidalgo)