Ya en la provincia de Zaragoza, Artieda se sitúa a 650 metros de altitud sobre una colina dominante. Un vistazo de la localidad con un mapa satélite muestra una Artieda planificada en forma de concha de caracol, dotada de un claro carácter defensivo. Se buscó este emplazamiento en el siglo XII o XIII para reconstruir la nueva Artieda, ya que el núcleo primitivo, asentado más abajo en la ribera del Aragón, fue destruido por una invasión. Con ella también se perdió la antigua iglesia de Santa María, cuyas propiedades habían sido donadas al monasterio de San Salvador de Leyre y, más tarde, al hospital de Santa Cristina de Somport.
•Iglesia de San Martín:
El cuerpo y el ábside semicircular son románicos. El pórtico, la portada y la torre corresponden a otras etapas constructivas de los siglos XVI y XVII. La capilla de Nuestra Señora del Rosario es del siglo XVI, al igual que la imagen del Cristo que guarda. Además de la iglesia destacan en el casco urbano dos edificios civiles: el palacio de los Pagos y la casa del Hospital.
•Ruesta:
Las aguas del río Aragón, río Esca y río Regal fueron represadas definitivamente en 1959 al inaugurarse el embalse de Yesa. Esta obra hidráulica anegó 2.400 hectáreas, gran parte de ellas de explotación agrícola. Los habitantes de tres localidades zaragozanas, entre ellos los de Ruesta, tuvieron que abandonar su pueblo debido a la pérdida de sus tierras y en definitiva al único medio de vida posible que les ofrecía su tierra natal. Visitar Ruesta es comparable a una clase de historia. El paisaje de viviendas abandonadas y conquistadas por la hiedra evocan tiempos pasados de una Ruesta integrada en el Reino de Aragón, de una Ruesta fronteriza poblada por judíos y cristianos y dedicada al comercio y cobro de impuestos por el tráfico de mercancías que entraban y salían del Reino.
En el año 1988 Ruesta comienza a resurgir. La Confederación Hidrográfica del Ebro cedió el uso del pueblo a la Confederación General de Trabajo de Aragón con el fin de que se encargara de la recuperación de este núcleo, un hito más en la historia de las peregrinaciones.