«El Camino es un confesionario, todos te cuentan su vida sin conocerte»

Antón Pombo, Periodista especializado en el Camino de Santiago

Afirma que aunque a veces se lance un mensaje turístico, 
la ruta tiene 1.000 años de antigüedad y merece «algo más de respeto».

Aunque historiador de formación, este gallego ha desarrollado su carrera como escritor y periodista especializado en el Camino de Santiago. Contempla el itinerario como un metáfora de la vida, y asegura que recorrerlo, «como mínimo, te carga las pilas». Por supuesto, no descarta otros aspectos del Camino, sin ir más lejos, él mismo se enamoró mientras caminaba por la ruta. Pombo participó ayer en Donostia en los Cursos de Verano de la UPV.

¿Puede un no creyente hacer el Camino de Santiago sin sentirse culpable o incoherente?

Sí, por supuesto. Esto de la culpabilidad sobre las creencias de cada uno pertenece a otra época. Hoy en día el Camino está abierto a todos, ha dejado de ser una ruta de peregrinación católica o cristiana para convertirse en un espacio abierto.

¿Y qué es lo que motiva a estos peregrinos no religiosos?

Sobre todo, la reflexión personal, o querer resolver algún problema que han tenido. El boca a boca funciona bastante, y la gente recomienda a sus conocidos: «Si tienes un problema, haz el Camino, a mí me ayudó». Una hospitalera de cerca de Pamplona, me decía un día: «El Camino se ha convertido en un confesionario lineal. Todo el mundo, aunque no conozca a los demás de nada, habla». Tú vas al Camino, y a la media hora, el peregrino que va a tu lado te está contando incluso cosas que posiblemente no sepan ni sus amigos ni su familia, pero allí se siente en un espacio apropiado para vaciarse y contar sus problemas, expectativas, frustraciones... Y por este motivo sirve tanto a un creyente como a un no creyente, porque es de una ayuda enorme.

¿Se ha perdido, entonces, la conexión religiosa?

No, en absoluto. Convive con otros tipos. Sigue existiendo la posibilidad de hacer el Camino al estilo tradicional, el que quiera hacerlo de una forma religiosa sigue teniendo las mismas claves que hace 500 años: santuarios, iglesias, capillas, ermitas, sacramentos... puede hacerlo perfectamente. Eso es lo bueno del Camino hoy en día, que lo puedes seguir haciendo a la forma tradicional, pero también con criterios de modernidad.

De un tiempo a esta parte, ¿se ha convertido en algo meramente turístico?

Es el mayor riesgo que tenemos ahora, que la promoción y el peso informativo se centren de forma exclusiva en los componentes turísticos y la gente acabe pensando que el Camino de Santiago es simplemente un producto turístico. Por fortuna, ahora mismo, se contrarresta con la realidad, ya no sólo se trata de eso. Pero es cierto que, sobre todo a través de la comunicación de masas, está llegando este mensaje cada vez más, lo que me repatea el hígado, porque es un fenómeno que tiene más de 1.000 años y hay que tener un poco más de respeto por él.

¿Cuáles son los perfiles de peregrino más habituales?

En primer lugar, encontramos el peregrino de corto recorrido o 'turigrino', que no se entera de dónde está ni de lo que hace porque, básicamente, no le da tiempo. También abunda mucho el peregrino fiestero, de verano. Se trata de gente joven que va en grupos, cuyo objetivo principal es pasarlo bien. Es como la cultura de botellón pero llevada al Camino, incluido el alcohol y el ligoteo. Yo no lo critico, porque siempre se ha ligado allí, aunque hay muchas formas de ligar. Después, hay mucho místico que viene a vivir la experiencia de forma mágica, muy esotéricos, sobre todo desde países como Corea o Brasil. Por supuesto, también está el peregrino tradicional, el que hace el Camino por un voto, porque un hijo suyo se ha curado de una enfermedad, porque ha superado un cáncer o porque quiere cumplir la voluntad de un familiar. Y, finalmente, hay mucha gente que llega sin demasiadas ideas preconcebidas, que simplemente se lo plantea como una forma distinta de viajar, o como un reto de esfuerzo personal. Este tipo de gente es la que se va empapando de los valores del Camino y se da cuenta de que es un buen espacio para la reflexión, para pensar y para encontrarte con los demás.

Ha mencionado el concepto de 'peregrino auténtico'. ¿Cuál es?

Es el prototipo de peregrino que a algunos les gustaría que existiera, aunque es más una figura teórica que práctica. Se entiende por 'auténtico' al peregrino que va en plan tradicional, que no es exigente, que hace una ruta de largo recorrido, que acepta lo que le dan, que es humilde, que está aprendiendo, hace un viaje de iniciación. Todo ello respetando los cánones de la tradición peregrinatoria desde la Edad Media hasta hoy. En cualquier caso, es un término equívoco y creo que está muchas veces mal empleado, porque la peregrinación es algo muy personal, está dentro de cada uno, es una actitud. Es injusto poner etiquetas a los demás. ¿Cuánto hay que correr para ser un atleta?

¿Cuándo resurgió la popularidad del Camino de Santiago?

El primer renacimiento fue en los años 80, que fue de base, popular, de personas que recobraban la tradición de sus antepasados. Tras la II Guerra Mundial hubo mucha reflexión sobre el pasado en Francia o Alemania, que pensaba: «Vamos a volver a cuando nos llevábamos algo mejor, a cuándo teníamos en común la cristiandad», a la parte buena de la Edad Media, la idea de fraternidad. Fue en los 90 cuando llegó el boom de la promoción turística, y ahí entran otros factores, como las peregrinaciones de Juan Pablo II a Santiago, que entre católicos tuvieron influencia, o también el Itinerario Cultural Europeo, la Unesco o la promoción de la Xunta. Pero ahí ya estamos hablando de promoción turística pura y dura.

¿Pasará de moda alguna vez el Camino de Santiago?

Si fuera un fenómeno de moda, pasaría de moda, porque el elemento definitorio de la moda es que es algo pasajero. El Camino no está de moda, lo que tiene es una gran popularidad. Pero nunca ha dejado de peregrinar la gente desde el siglo IX, desde que se descubre el sepulcro del apóstol, hasta hoy. Ha habido épocas de mayor o menor afluencia en función de circunstancias históricas, pero yo creo que a corto y medio plazo, la peregrinación goza de una salud estupenda.

Fuentes: diariovasco.com y mundicamino.com