San Martín del Camino - Astorga: ¿Qué ver, qué hacer?

  • PUENTE ÓRBIGO Y HOSPITAL DE ÓRBIGO:
    El inacabable puente sobre el río Órbigo une las dos poblaciones. Fue construido en el siglo XIV aunque remodelado en siglos posteriores y es famoso por el siguiente suceso histórico: En 1434, el caballero leonés don Suero de Quiñones, organizó un torneo de armas retando a todo caballero que quisiera traspasar el puente, a romper tres lanzas contra él y sus nueve acompañantes. Todo para conquistar a su dama Leonor Tovar. Se corrieron 727 carreras y se rompieron 166 lanzas durante un mes, con la excepción del día 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol. Cumplido el torneo -sólo murió un caballero- peregrinaron a Santiago de Compostela donde Suero de Quiñones entregó al apóstol una cinta azul que pertenecía a su dama. Don Suero, 24 años después, moriría en otro torneo contra uno de los caballeros que había vencido en el Passo Honroso del Órbigo.
  • El río Órbigo nace de la confluencia de los ríos Luna y Omaña y desemboca en el Esla. Sus aguas albergan una buena población de Trucha Común o Trucha Fario (Salmo trutta fario), ingrediente principal de las afamadas sopas que se preparan en Hospital de Órbigo. Esta localidad, al otro lado del puente, se levantó junto al hospital de los Caballeros de San Juan. La iglesia de San Juan Bautista, que recogió el legado del hospital, es del siglo XVIII y conserva un retablo plateresco. Hospital de Órbigo es hoy un gran centro de servicios y hay varias tiendas, panadería, cajero automático, unos cuantos mesones y restaurantes de carretera.
  • VILLARES DE ÓRBIGO Y SANTIBÁÑEZ DE VALDEIGLESIAS:
    En Villares de Órbigo está situado el Ayuntamiento, cuyo municipio engloba al propio Villares de Órbigo, a Moral de Órbigo, San Feliz de Órbigo, Santibáñez de Valdeiglesias y Valdeiglesias. Durante la Edad Media fueron un señorío propiedad de la familia Quiñones y arciprestazgo de Astorga. El municipio se asienta en la fértil ribera del Órbigo y está surcado por infinidad de acequias que bañan los cultivos de hortalizas, degustadas en todo León e incluso en provincias limítrofes.
    • La iglesia de Santiago de Villares de Órbigo guarda una talla de madera de la Virgen del Carmen y una valiosa cajonera en madera de castaño y roble. La parroquial de Santibáñez de Valdeiglesias es del XIX.
Iglesia de Santiago en Hospital de Órbigo
Iglesia de Santibáñez de Valdeiglesias

ASTORGA:
Emplazada en un cerro situado entre los ríos Jerga y Tuerto, Astorga, la Asturica Augusta de los romanos, fue en su origen un campamento militar construido durante la campaña de las guerras cántabras en los años 29 a 19 a.C. Debido a la presencia de minas de oro en la misma provincia, llamada Conventus Asturum, la ciudad fue creciendo impulsada por la excelente ubicación que le permitía un gran control sobre la explotación de las minas.
  • Catedral de Santa María: Comenzó a construirse en el último tercio del siglo XV y no fue rematada hasta la segunda mitad del XVII. La fachada occidental es de estilo plateresco y las capillas y la puerta de la sacristía se atribuyen A Gil de Hontañón.

  • Ayuntamiento de Astorga: Fue construido en 1675 en base al diseño de Manuel de la Lastra y fue remodelado a finales del XIX y en 1995. El reloj de la fachada es obra de Bartolomé Fernández y tiene como peculiaridad que dos autómatas maragatos - Juan Zancuda y Colasa - repican la campana para dar las horas.


  • Palacio episcopal: Hoy alberga el Museo de los Caminos, donde puede visitarse una amplia colección de arte sacro. El edificio, trabajada muestra que combina los estilos medieval y modernista, es obra de Antonio Gaudí.


  • Murallas: El recinto amurallado original fue construido en época romana, entre finales del siglo III y comienzos del siglo IV pero ha sido muy modificada, sobre todo en el siglo IX y en distintas épocas posteriores.


Astorga es una ciudad de más de 12.000 habitantes donde existen todo tipo de servicios. Se puede degustar el cocido maragato, peculiar porque primero se sirve la carne, luego las verduras y finalmente la sopa. Tampoco hay que dejar de probar las famosas mantecadas y los hojaldres de la capital maragata.