Martín Códax (s. XIII)
¡Ay Dios, si supiese ahora mi amigo
qué sola estoy en Vigo!
Y tan enamorada
¡Ay Dios, si supiese ahora mi amado
qué sola en Vigo me hallo!
Y tan enamorada.
¡Qué sola estoy en Vigo,
y a nadie tengo conmigo!
Y tan enamorada.
¡Qué sola en Vigo me hallo,
y a nadie conmigo traigo!
Y tan enamorada.
¡Y a nadie tengo conmigo,
salvo mis ojos que lloran conmigo!
Y tan enamorada.
¡Y a nadie conmigo traigo,
salvo mis ojos que lloran ambos!
Y tan enamorada.
¡Ay Dios, si supiese ahora mi amigo
qué sola estoy en Vigo!
Y tan enamorada
¡Ay Dios, si supiese ahora mi amado
qué sola en Vigo me hallo!
Y tan enamorada.
¡Qué sola estoy en Vigo,
y a nadie tengo conmigo!
Y tan enamorada.
¡Qué sola en Vigo me hallo,
y a nadie conmigo traigo!
Y tan enamorada.
¡Y a nadie tengo conmigo,
salvo mis ojos que lloran conmigo!
Y tan enamorada.
¡Y a nadie conmigo traigo,
salvo mis ojos que lloran ambos!
Y tan enamorada.