Llevar un calzado adecuado es la parte fundamental del equipaje del peregrino, por ello las características que debe presentar son las siguientes:
* Debe ser fuerte y resistente dado que tiene que mantenerse en buen estado durante todo el camino, incluyendo el periodo de entrenamiento.
* Debe de ser impermeable, pero transpirable, de tal modo, que aísle al pie de las condiciones metereológicas y las inclemencias el terreno, pero le permita ventilarse adecuadamente. Por este motivo se recomienda que el forro sea de Goretex.
* La parte superior del calzado debe ser de piel, para que aísle al pie pero que permita la transpiración.
* Sistema de cordones para que la bota se adapte correctamente al pie.
* Buena adaptación al pie, ya que si la bota queda demasiado apretada o demasiado amplia, puede producir graves alteraciones morfológicas y cutáneas.
* Media suela de E.V.A. de doble densidad que amortigua el choque del pie contra el suelo.
* Estabilizador en el talón para que sujete bien el pie y el tobillo.
* Suela de caucho o goma de alta resistencia, con dibujos profundos para conferirle ligereza y adherencia para evitar deslizamientos.
* Ligero. El calzado debe pesar lo menos posible, para no aumentar el esfuerzo que deben realizar las piernas, al levantar el pie en cada paso.
Para elegir el calzado más adecuado a nuestros pies debemos tener en cuenta varios consejos básicos a la hora de comprarlos:
1. Probarlo por la tarde, cuando el pie está dilatado después de la actividad de todo el día.
2. Probarlo con los calcetines que utilizaremos para caminar.
3. Se deben probar varios modelos de calzado y caminar con ellos por la tienda donde vayamos a comprarlos.
4. El calzado que más se adapta a las necesidades de los peregrinos es la bota de trekking.
5. El talón debe ajustar y los dedos se deben poder mover libremente en el interior de la bota.
6. Tener en cuenta que vamos a tener que recorrer muchos kilómetros con las botas, por lo que lo importante es que sean cómodas y se adapten a la anatomía de nuestros pies.
7. Escoger el calzado que mejor se adapte a los pies, no el que más agrade a los ojos.
8. Nunca se estrenarán botas para iniciar el camino, sino que se habrán utilizado durante varios meses antes, fundamentalmente en el entrenamiento.
Se recomienda el uso de chanclas o zapatillas, una vez concluida la etapa, para descansar los pies doloridos, al ducharse en lugares públicos y dejar ventilar las botas usadas durante toda la jornada.