"Llegué a Trinidad de Arre caminando en sentido contrario, entrando por el porche del albergue que se asienta sobre el estribo del puente. La perspectiva es dulce y primitiva, todo en el sitio es de medidas y proporciones humanas. Tomé asiento en la hierba de la margen izquierda aguas abajo y allí pasé unas horas con el tiempo detenido, levantando acta con los pinceles del momento y del lugar." (Zacarías Cerezo, acuarelista)