
La calabaza peregrina se obtiene de una planta conocida como legenaria, su fruto se viene utilizando como utensilio de menaje desde hace miles de años en casi todas las culturas ancestrales y es también muy popular su uso como recipiente tradicional para consumir el mate.
En el peregrino a Santiago era habitual llevar esta calabaza colgada en el bordón, y otras veces colgado en en costado o la cintura. Normalmente se usaba a modo de cantimplora para llevar el agua que se bebería durante la caminata, otras veces se llenaría de vino adquirido en las tabernas u hospitales de la ruta, o incluso con medicinas o pócimas bebibles. Poco más se puede decir en referencia a su uso.
La calabaza en el arte cristiano simboliza la brevedad y la vanidad de la vida, debido a que es un fruto que crece rápido y se estropea pronto.