Recreación de la fachada de la Catedral de Santiago, año 1211



El 21 de abril de 1211 el obispo Pedro Muñiz consagraba solemnemente la catedral románica dedicada al Apóstol Santiago. Los mejores maestros canteros recogieron las influencias artísticas de Europa y las plasmaron sobre la piedra. Arquitectura y escultura alcanzaron una perfecta simbiosis de firmeza y levedad, de potencia y belleza, en un prodigio de gloria hecha piedra. Una tarea colosal que dio forma a una de las creaciones artísticas más elevadas de la civilización universal.