Bestiario en el Camino de Santiago


Los orígenes del Bestiario se remontan a la Cultura Bizantina y representaban animales reales o figurados como expresión de la dualidad: Virtud o maldad , Dios o el diablo.


El Arte Románico, incorporo estas tendencias. Habida cuenta, en El Camino de Santiago, nos encontramos la mejor muestra de Arte Románico y por tanto veremos con asiduidad, estas figuras de dualidad en capiteles, canecillos y tímpanos.

En esta época, la información se trasmitía, básicamente de forma oral. La tendencia a la tergiversación de la información, genera: Leyendas, Monstruos imaginarios cargados de virtudes o maldades, héroes, guerreros invencibles y malvados, santos milagrosos...

Los poderes fácticos de los Reinos, Condados e Iglesia, usaban esa información para atemorizar y subyugar a la plebe. Los escultores de estas iglesias son gente popular que recibe esta cultura y la expresa en sus obras.

El bestiario puede ser real o imaginario. El primero usara la figura de animales como representación de la Dualidad. El imaginario, realizado como una combinación de diferentes partes animales, a fin de realzar la sus virtudes o maldades, usando la lucha y devoramiento de humanos, todo ello para producir efectos intimidatorios sobre el pueblo.

Quizás, es el bestiario fantástico, el motivo escultórico que más interés genera entre nosotros y el que mayor efecto de intimidación provocaría en el hombre medieval. Generado por combinación de partes de animales diferentes, su estampa, en ocasiones atroz, se reforzaba mediante lucha con hombres indefensos, con el objetivo de conmover para renegar del pecado.