Una vez que el peregrino ha llegado a Santiago de Compostela, debe dirigirse a la Catedral y allí realizar un ritual que lo acredite espiritualmente como tal.
El ritual consiste en:
1. Dar un abrazo al Apóstol, ubicado en el Altar Mayor de la Catedral, en señal de respeto y agradecimiento.
El ritual consiste en:
1. Dar un abrazo al Apóstol, ubicado en el Altar Mayor de la Catedral, en señal de respeto y agradecimiento.
2. Visitar la cripta en la que se conservan los restos del Apóstol.
3. Visitar el Pórtico de La Gloria.
4. Asistencia a la Misa del Peregrino, todos los días a las 12.00 horas.
Tras la estancia en la Catedral, y si dispone de las credenciales que justifiquen su peregrinaje, el peregrino puede solicitar en la Oficina del Peregrino, situada en la Rúa del Villar, a sólo unos metros de la Catedral, la “Compostela”, documento que certifica su peregrinaje.