Oraciones de la parroquia de San Diego (Madrid): Oración conclusiva de la jornada


Padre mío, ahora, en estas horas de la tarde, junto con más peregrinos, mi alma se eleva hasta ti para decirte: Creo en ti, espero en ti, te amo con todas mis fuerzas, Señor. Deposito en tus manos el gozo y la fatiga, las alegrías y desencantos de este día que va quedando atrás. Si pronuncié palabras vanas, si fui espina para alguien, perdón, Señor! No quiero llegar al descanso sin sentir sobre mi alma tu misericordia, tu dulce misericordia enteramente gratuita, Señor.
Te doy gracias, Padre mío, porque has sido la sombra fresca que me ha cobijado durante todo este día. Te doy gracias porque - invisible, cariñoso, envolvente- me has cuidado como una madre.