Oraciones de la parroquia de San Diego (Madrid): Hacerse peregrino

 
"Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos. Que el viento sople siempre a tu espalda. Que el sol brille cálido en tu cara Que la lluvia caiga suave sobre tus campos Y hasta que volvamos a vernos. Que Dios te guarde en sus manos"


Vas a dejar la vida fácil, cómoda, sedentaria, consumista y monótona... y te vas a poner en camino. Un camino que a veces será difícil, incomodo, dinámico, sacrificado, siempre lleno de novedad. El peregrino es, esencialmente, alguien desinteresado, desasido de las cosas y asido a las novedades que le presenta su incesante caminar. Es lo que Jesús te pide, si te acercas a Él con algo más que con curiosidad hacia su persona: que te conviertas en su seguidor.
El camino de Santiago es como el propio camino de tu vida, con sus vaivenes, sus cambios, sus metas, sus incertidumbres. Caminar es vivir. Tu camino como cristiano, como seguidor de Jesús, no va paralelo al camino de tu propia vida, sino que está llamado a coincidir.
Junto al camino exterior que hacen tus pies y tu cuerpo, que hace el paisaje que atraviesas… realiza también un camino dentro de ti a Aquel por quien vivimos y existimos, a aquel que te ha mirado a los ojos con cariño, y te ha dicho: "Ven y sígueme".
El camino de Santiago, como el camino de seguimiento de Jesús, es una auténtica escuela de fe y de vida. Te enseña a:
Prescindir de muchas cosas, e ir ligero de equipaje,
Convivir más estrechamente con los demás,
Asumir el valor del dolor y el sacrificio
Distinguir lo importante de lo superficial,
Para el auténtico peregrino, todo es significativo en el camino: cada paisaje, cada árbol, cada conversación con otro caminante o habitante del lugar. Cada canción, cada broma, cada narración, cada puesta de sol, cada dura subida… Para el auténtico seguidor de Jesús, todo es símbolo de su presencia, palabra que te dirige, ocasión para el seguimiento más gozoso, hasta los más dolorosos. Los momentos de desánimo, y aquellos en los que la meta se ve ya cercana.
No hay un camino a Santiago. Hay tantos, como peregrinos pasaron y pasarán por él. Porque "nadie fue ayer, ni va hoy, ni irá mañana hacia Dios por este mismo camino que yo voy" (León Felipe)