Silencios para pensar (Federación de Asociaciones de Amigos del Camino Santiago)



Ni hemos tenido, ni vamos a tener mejor ocasión en nuestra vida de reflexionar, de interiorizar en nuestros pensamientos, de buscar y encontrar soluciones a nuestros problemas, de recibir una cura de humildad, de ver la parte positiva del género humano, en definitiva, de realizar esa búsqueda interior, que queriendo o sin querer, todos añoramos.

Qué claridad en nuestras ideas, qué perceptividad la nuestra para las personas, la flora y la fauna, el arte, la bondad..., y todo cuanto nos rodea y ha supuesto nuestra vida.

Es conveniente, por tanto, y especialmente si se hace el Camino con compañía, reservarse un tiempo, y si es al aire libre, mejor, para nuestros pensamientos, para dejarlos correr deliberadamente, analizarlos, enfocarlos desde distintos ángulos, que viaje nuestra imaginación, abandonarse, no pensar absolutamente en nada, dejar la mente en blanco.

Puede parecer en principio difícil, pero es cuestión de repetir, media hora al día será suficiente, e incluso, para los grupos ya formados, que algún día salgan sus componentes con unos minutos de diferencia para que puedan pensar con mayor tranquilidad, sin molestarse los unos a los otros, pues el peregrinar en grupo tiene sus ventajas e inconvenientes.