La iglesia de San Nicolás de Bari en Burgos




La Iglesia de San Nicolás de Bari es uno de los mejores exponentes del gótico tardío que encontramos en Burgos. Castilla y León.

La portada, del siglo XV, se atribuye a los Colonia, maestros de cantería, y en su tímpano encontramos la imagen sedente de San Nicolás. Las puertas de madera, de estilo plateresco, pertenecen al siglo XVI.

La cara exterior de la Iglesia de San Nicolás de Bari destaca por su sobriedad, pero no así la interior. Aunque es una iglesia sencilla, sin ábside, deslumbra por sus elementos ornamentales y arquitectónicos obra de la triple generación de los Colonia. El principal, el impresionante retablo labrado en piedra.


A la altura de los capiteles de los dos primeros pilares de la nave central se colocó, para contrarrestar el peso de las naves laterales, lo que se conoce como el arco de los querubines. Ángeles y cabezas de serafines adornan esta pieza de piedra de Juan de Vallejo.

Pero, sin duda, lo que ha dado fama a ala Iglesia de San Nicolás de Bari es su retablo, una joya del gótico florido. Es obra del menor de los Colonia.


La imagen de San Nicolás, realizada por Francisco de Vitoria, preside este prodigio realizado en piedra, parcialmente policromada. Tiene tres calles. La central, más amplia, se divide en dos cuerpos

La parte inferior, sobre la que reposa la imagen de San Nicolás, recrea la vida del santo.

Francisco de Colonia reservó la predela para honrar a los comitentes de este retablo, Gonzalo López de Polanco y su esposa Leonor de Miranda. Sus imágenes aparecen representadas junto a dos ángeles y junto a los escudos de su familia.

Los restos de la familia Polanco descansan a los pies del retablo. Sin embargo, no son los únicos sepulcros que encontramos en el templo. Merece la pena detenerse en los del siglo XV.

Bajo el arco florecido en Calvario reposan cuatro generaciones de la familia Maluenda.

En la visita a la Iglesia de San Nicolás de Bari no podemos dejar de contemplar el retablo dedicado a San Miguel. Aunque es mucho menos espectacular que el del altar mayor, contiene una gran riqueza artística. Gracias, sobre todo, a las diez magnificas tablas hispanoflamencas del conocido como maestro de San Nicolás.