De Somport a Jaca: Qué ver, qué hacer

Desde la Edad Media, el ir y venir de los peregrinos europeos hacia la tumba del Apóstol Santiago fue conformando cuatro grandes itinerarios o vías que penetraban en España: la vía Turonense, la Lemovicense, la Podense y la Tolosana. Las tres primeras se unían antes de llegar a Saint Jean Pied de Port y se hacían una sola hasta Compostela por el Camino Francés. La última, la vía Tolosana, entraba en España por el paso de Somport, puerto del pirineo oscense donde comienza el ramal aragonés del Camino de Santiago Francés y que hoy se denomina Camino Aragonés.


•Ruinas del Hospital de Santa Cristina:
Próximo a Candanchú, el Camino de Santiago rodea su estructura antes de cruzar el río Aragón por el puente de Santa Cristina. Desde el siglo XI supuso un reconfortante alojamiento para los peregrinos. Aunque en ruinas desde el siglo XVII, el capítulo IV del libro V del Codex Calixtinus lo define, junto al hospital de Jerusalén y el hospital de Mont Joux, como 'una de las columnas que el Señor estableció en este mundo para sostenimiento de sus pobres'. Entre el 2003 y el 2005, la empresa Sargantana S.L llevó a cabo tareas de excavación y consolidación.


•Canfranc estación:
El núcleo conocido anteriormente por Los Arañones creció con la construcción de la Estación Internacional en 1928. Se trasladó el Ayuntamiento hasta aquí después del incendio que asoló Canfranc pueblo en 1944. Buen lugar de provisión para la etapa, ya que tiene multitud de bares restaurantes, panadería, carnicería y tiendas de alimentación.


•Estación Internacional de Canfranc:
Inaugurada en 1928 por el rey español Alfonso XIII y el presidente francés Gaston Doumergue, la Estación Internacional de Canfranc formó parte del ambicioso proyecto de comunicación ferroviaria entre España y Francia a través del valle del Aragón. El tránsito de materiales y viajeros entre ambos países perduró hasta 1970, año en el que se derrumbó uno de los puentes al paso de un tren de mercancías. Afortunadamente sin víctimas. El desmesurado edificio, con 241 metros de fachada, hoy está cubierto de andamios y grúas que pretenden convertirlo en hotel.


•Torre de fusileros:
Saliendo de Canfranc Estación, tras pasar el túnel de la N-330 y antes de bajar a la presa del embalse, ya se puede ver esta fortificación militar del último cuarto del siglo XIX. Sirvió de apoyo a la estrenada vía de comunicación con Francia y ahora se ha aprovechado como sala de exposiciones. La torre, de planta ovalada, tiene cuatro pisos y está construida en sillería.


•Canfranc:
Debido al encajonamiento de la población entre la N-330 y el río Aragón y los peñascos pirenaicos, la calle Albareda, que divide la localidad en dos mitades iguales, constituye su única vía de paso. El escarpado terreno no le ha permitido cambiar su fisonomía desde su fundación en el siglo XI. Hasta el siglo XX fue la población más próxima a la frontera, así que el continuo tránsito de gentes y el consiguiente comercio y cobro de peajes se convirtieron en su modo de subsistencia. Gran parte de la población abandonó el pueblo tras el devastador incendio de 1944 y la capitalidad pasó al núcleo de Canfranc Estación.


•Iglesia parroquial de la Asunción:
Hubo un templo románico consagrado a la Asunción pero el actual es el resultado de diferentes etapas constructivas. En una de ellas participó Juan de Segura, destacado maestro oscense del siglo XVI. En el interior hay cuatro retablos barrocos en las capillas laterales.

•Puente medieval:
Conocido comúnmente como puente de abajo, se trata de una construcción medieval restaurada en el siglo XVI que permite cruzar el río Aragón en dirección a Villanúa.


•Villanúa:
En la Edad Media, como otras aldeas del valle de Aragón, en un escenario convulso, Villanúa se constituyó y pobló de gentes atraídas con la finalidad de que explotasen los fértiles campos de la ribera del Aragón. En el siglo XX, con el esplendor de la actividad agropecuaria y las obras del ferrocarril de Canfranc, Villanúa superó los mil habitantes. Hoy sólo roza el medio millar y basa su autosuficiencia en los servicios derivados del turismo.


•Cueva de las Güixas:
Antes de entrar en Villanúa la senda pasa junto a la cueva de las Güixas (brujas), un conjunto de galerías subterráneas adaptadas al turismo. Destaca la gruta conocida como la Catedral, de 16 metros de altura y con variopintas columnas de estalactitas y estalagmitas. La empresa Sargantana se encarga de organizar las visitas, y se puede contactar con ellos en el teléfono 974 373 217 o en la dirección: cuevas@sargantana.info. Debido a la humedad y las bajas temperaturas, es conveniente llevar ropa de abrigo para visitarlas.


•Iglesia de San Esteban:
Conserva algún testimonio de su pasado románico pero su aspecto actual es del siglo XVIII. El interior está constituido por dos naves y dos capillas y guarda una talla policromada de la Virgen de los siglos XI o XII.


•Castiello de jaca:
Asentado en la parte baja del alto valle del Aragón, Castiello es también entrada natural al valle de la Garcipollera, entorno natural y de caza con varios despoblados. Conocido como el 'pueblo de las cien reliquias', gracias a la leyenda de un peregrino valenciano que donó a los vecinos de Castiello todos los bienes que llevaba consigo. Estas reliquias se guardan en una arqueta que se abre el primer domingo de julio.


•Iglesia de San Miguel:
Emplazada en la parte alta de la localidad, es el primer edificio que ve el peregrino al entrar en Castiello de Jaca. Su construcción primitiva data del siglo XII pero su aspecto ha ido variando hasta el siglo XIX. Destaca en su interior el retablo barroco del altar mayor.


•Jaca:
Parada y fonda oficial de la primera etapa del Camino de Santiago Aragonés, Jaca se encuentra a 820 metros de altitud, rodeada por los ríos Aragón y Gas. Las bondades de su emplazamiento natural no pasaron desapercibidas y ya las tribus celtas poblaron de una manera u otra este lugar. Lo mismo los romanos, tras su conquista en el año 195 a.C por el cónsul Marco Poncio Catón. Para el año mil, tres núcleos se habían consolidado sobre las ruinas de una Jaca abandonada tras el desplome del Imperio Romano: el Castrum Real, el núcleo de Santiago y el de San Pedro. El conjunto de ellos formó la ciudad de Jaca, a la cual el rey Sancho Ramírez le otorgo el Fuero y nombró capital del joven Reino de Aragón en el año 1077*

•Además de visitar los monumentos, tras más de 30 kilómetros de caminata lo que más apetece es sentarse en una terraza y disfrutar del ambiente de la plaza de la Catedral o pasear tranquilamente por la comercial y bulliciosa calle Mayor.

*Información recopilada de la obra de Albergo Gómez García: Guía invisible de Jaca. Construcción y desaparición de la ciudad antigua y medieval.

•Catedral de San Pedro:
Comenzó a construirse entre 1075 y 1094 bajo el reinado de Sancho Ramírez. Conserva en lo básico su estructura y configuración románica: una planta basilical de tres naves, cabecera con tres ábsides semicirculares y dos puertas de acceso, la meridional y la puerta occidental o principal. Lo que el peregrino puede contemplar en la actualidad es el resultado de varias etapas constructivas que han ido aportando nuevos espacios edificados y decoraciones. En el ábside meridional se encuentra resumido el lenguaje propio del románico jaqués, que no es otro que el famoso ajedrezado, un relieve en forma de pequeños cilindros que decora frisos y arquivoltas de ventanas y portadas.


•Museo Diocesano:
Creado en 1963, se inauguró en 1970 para preservar valiosas pinturas románicas, tallas en piedra y madera, etc. de las iglesias de la diócesis de Jaca. El museo se encuentra en el claustro románico de la catedral y en salas contiguas. Actualmente se encuentra cerrado por obras de reforma y se ha reabierto en 2010, coincidiendo con el Año Jacobeo.

•Torre del reloj:
Torre del gótico civil levantada hacia 1445 como residencia particular. Situada en la plaza del Marqués de la Cadena, actualmente es sede de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. Bautizada por el sobrenombre del reloj, fue también conocida como Torre del Merino (representante del rey en la ciudad) y por Torre de la Cárcel, ya que se convirtió en la sede de las cárceles de la ciudad de Jaca.

* Iglesia de Santiago:
Hace esquina entre las calles Ferrenal y Coso, en lo que un día fue el barrio de Santiago, lugar donde también se encontraba la desaparecida Puerta de Baños, por la que salía el peregrino de Jaca para tomar la dirección hacia Navarra. La iglesia se construyó en 1088 y fue claramente restaurada en el siglo XVIII. Destaca en ella las ventanas geminadas (de doble arco enlazado por una columna) de la torre campanario.

•Ciudadela de Jaca:
Recinto defensivo pentagonal construido por orden de Felipe II entre finales del siglo XVI y el XVIII. Hasta el siglo XIX fue conocido como Castillo de San Pedro. En el foso del recinto campean los ciervos a sus anchas.