El tímpano de la portada oeste, con su peculiar crismón. Este monograma, frecuente en las iglesias coetáneas, se diferencia de otros por la peculiar disposición de las letras que lo conforman ya que éstas no fueron esculpidas según los modelos tradicionales.
La inscripción que se halla en el aro que enmarca el crismón y en el dintel cuya lectura, ya traducida, es la siguiente: “Yo soy la puerta eterna, pasad por mí, fieles. Yo soy la fuente de la vida, deseadme más que a los vinos. Quienquiera que entre en este feliz templo de la Virgen, corrígete primero para que puedas invocar a Cristo”. Este tipo de inscripciones aparecen en la catedral de Jaca y en el monasterio de San Juan de la Peña, dos grandes hitos del románico, muy cercanos a la localidad, especialmente el segundo.
