El morral o escarcela del peregrino


El morral o escarcela es una especie de bolsa o saquito que los peregrinos portaban normalmente a la cintura para guardar el dinero con que financiabanj su peregrinación a Santiago de Compostela.

En el Liber Sancti Iacobi se recoge que no sin razón los que viene a visitar a los santos reciben en la iglesia el morral bendito: “Cuando los enviamos con motivo de hacer penitencia al santuario de los santos les damos un morral bendito según el rito eclesiástico diciéndoles:

En nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe este morral hábito de tu peregrinación, para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago, a donde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por los siglo de los siglos amén”.

En cuanto al simbolismo que existe en torno a todos los elementos que componen el uniforme de los peregrinos medievales, en el caso de la escarcela o morral, tenía que ser un saquito estrecho, hecho de la piel de una bestia muerta, siempre abierto por la boca, no atado con ataduras.

El hecho de que el morral estuviera elaborado de cuero de bestia muerta podría significar que el peregrino debe mortificar su carne con hambre y sed, con muchos ayunos, con frío y esfuerzo -tal cual las penalidades que pasa una bestia que trabaja el campo.

Que el morral fuera pequeño y estrecho, simbolizaba la necesidad de que el peregrino portase poco dinero durante su peregrinación, pues debía confiar en la misericordia y protección del Señor que siempre cuida de que sus hijos tengan lo necesario para continuar su caminar.

El hecho de que careciese de ataduras, y siempre estuviese abierto por la boca, significaría que el peregrino debe estar siempre preparado para dar y recibir, por eso el saquito nunca debía cerrarse.